Cuando el dolor amenaza con romperlo todo, solo el amor reconstruye lo que queda.
Tras la partida de su hija, Maritza emprende un proceso desgarrador y luminoso hacia la sanación. En estas páginas desnuda su alma para compartir cómo el duelo se transforma en un puente hacia la esperanza.
Con una voz íntima y valiente, narra sus noches de vacío, las señales que la ayudaron a levantarse y las herramientas que la guiaron —la escritura, la fe, la terapia y el arte— hasta aprender que recordar sana.
Este es un libro sobre la fuerza de una madre que se rehace en medio del dolor y descubre que el amor verdadero no termina: evoluciona, trasciende y florece incluso en la ausencia.
Una lectura que abraza, consuela y da esperanza a todos los que necesitan creer que, después del duelo, sí es posible volver a vivir.